¿CUAL ENGAÑA?



Oiga, una de dos: o la imagen superpuesta, grande, tersa, sonriente y sin arrugas de Esperanza Aguirre, miente o la que miente es pequeña de la misma persona, situada a la derecha de la secuencia, con Mariano al lado, donde uno puede imaginarse, más que ver, los ojos que siempre se ocultan o aparecen tapados tras las pestañas contraídas de la señora referida, que casi siempre-también- aparece así, y no como en la imagen que la corona, de mirada abierta y amplia, detalle que uno no recuerda haberla visto de ese modo nunca y sí siempre tal y como aparece en la foto al extremo bajo derecho de la imagen que insertamos; así es como más veces se ve cuando aparece en los medios de información y no con la expresividad de una mirada abierta, sin mácula de arruga,que, oiga, no es ningún delito tener arrugas, pero a nosotros nos extraña que siendo tanta la diferencia, persona tan lista como es la Aguirre, no haya caído en la cuenta de la gran disparidad existente entre una foto y otra, o sea, entre la que presenta para campaña y reclamo de votos y la que realmente tiene en realidad, que a nuestro ver, si le digo la verdad, me gusta poco. Y si una es para exigir o pedir o solicitar o rogar y la otra para dar, cumplir, corresponder y atender, cual es la realidad misma, pues eso, como la cara es el espejo del alma y la real difiere bastante de la ficticia o elaborada en estudio fotográfico,qué quieren que les diga: que no me convence, no una foto u otra, sino quien es modelo de ambas.
A la vista, pues, de las dos efigies de una misma persona, tan distintas, no sé si a usted, pero a mi me dan qué pensar, por no decir que mala espina. ¿Y eso no es mentir? ¡Hombre, ya sé que ha mentiras y mentiras, aparte de las piadosas, que esas incluso justifica la Iglesia y seguro que perdona; y en este caso, con absolución y gloria, pero por algo se empieza!
Resumiendo y para que quede claro: sé que hay quien no ve así las cosas y quien estimará que lo que se ve no cuenta y que lo que cuenta es el alma y el alma de la que se ve en la foto es inmaculada, aunque no se vea, y grande y una, como una vieja letanía que, desde luego, está más cerca de los dos personajes de la foto que de quien ha pergeñado este relato extraído de una sola persona con dos caras distintas; que ya digo, a mi me dan mala espina. (AS)

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