LEYES INJUSTAS


Que la Iglesia en España o la llamada Conferencia Episcopal está a Dios rogando y con el mazo dando, es cosa sabida. Que predica y no da trigo, también es sabido que hace. Que se inmiscuye, con derecho o sin derecho, donde no la llaman, igual. Que creé que es la voz absoluta e irrebatible, lo mismo. Que desde los púlpitos o fuera de ellos levanta la voz contra el actual Gobierno de España, se sabe de sobra. No se esconde para ello; al contrario, se siente engallada, ufana y soberbia cuando juzga y sentencia toda acción del Gobierno socialista. Así, de ese modo, días atrás, el jesuita asturiano Juan Antonio Martínez Camino, ascendido a alto grado por Rouco Varela recientemente, portavoz de la Conferencia Episcopal y hombre de voz pausada, lenta y gesto adusto, que debe creerse lo que dice, manifestó, para acosar al Gobierno, que si bien es cierto que se aprobaron leyes en el Congreso de Diputados y corroboraron los senadores, ello no quiere decir que sean leyes justas. Según manifestó son leyes injustas, lo dijo claro y alto. Igual que dijo, con retórica en sus palabras, que debe votarse contra quien aprueba tales leyes. O sea, votar al partido de las dos pes, que sin duda es el suyo.
Que la Conferencia Episcopal quisiera una España como aquella, salida del drama del llanto y del exilio, de la mordaza y la cárcel, donde los obispos formaban arte y parte del Gobierno del 18 de Julio, legislaron como ministros y saludaban brazo en alto al estilo del fascismo italiano y el falangismo español, lo dejan patente en sus intervenciones constantes. Que la Iglesia crea santos a unos y demonios a otros, lo viene demostrando con los dos últimos papas, el polaco fallecido y el alemán presente. Que lo que hace la Iglesia --Conferencia Episcopal- en España no lo hace en ningún otro país, está a la vista. Tendría mucho más cuidado y andaría con pies de plomo más que anda en España, donde se ha subido a las barbas de unos y otros como si fuera un chimpancé subiéndose a los árboles del bosque.
Que la Conferencia Episcopal acusa al Gobierno de tratar con ETA, está ahí, en lo que dicen y en lo que se escribe; pero la Iglesia, que parece que olvida que anteriormente ya hubo, con otros presidentes, tratos con ETA, soslaya y silencia este hecho.Lo que quieren es degradar y suprimir a Zapatero, quitarlo de en medio. Y para ello dicen que es inmoral tratar con bandas asesinas, y ya ven qué cosas: esas bandas fueron creadas y amparadas por la Iglesia, que en sus templos nació en su día ETA. O sea, que crearon un monstruo a modo de hidra al que, si se le corta una cabeza, le salen siete más y así no hay arreglo.
Que la Conferencia Episcopal dice defender la familia, es sobradamente conocido, por lo que repudian y condenan el divorcio, la eutanasia, el aborto, renegando y maldiciendo a quienes optan por cualquiera de estos casos: y si esa actitud es sobradamente conocida, también es del mismo modo sabido que la Iglesia más férrea y dura mantiene y defiende el celibato a ultranza, lo cual contradice ese amor a la familia que dicen defender, pues si dependiera de tales, si no hay matrimonio no puede haber hijos y si no hay hijos, la humanidad desaparece. Con seminarios y conventos, monjes y sacerdotes, rezos y bendiciones mal nos parece a nosotros que iría el mundo,
por más que ese mundo de religiosidad--sin otro trabajo-- parece ser el que defiende la Iglesia que en España hay. Claro que sabemos los refranes nacidos de los templos : "Del cielo abajo cada uno vive de su trabajo"; "En la olla de San Francisco donde comen cuatro, comen cinco;" o "En la viña del Señor, hay de todo". Lo que quiere decir que "no sólo de pan vive el hombre", y que no sólo de trabajar, como hemos trabajado bajo tierra de minero muchos años,el caminos nos lleva a los cielos.Por eso desde el infierno que conocemos nos permitimos cuestionar la buena fe de que hablan los que conforman la llamada Conferencia Episcopal, que amparándose en su coraza religiosa, se permiten entrar y salir contra el Gobierno español, salido de las urnas, como si fuera Pedro por su casa.Y Pedro ya se dice que negó tres veces,tres, a Cristo. ¿Por qué niegan la realidad de España, no una ni tres veces, sino decenas de veces los alto miembros de la Iglesia Católica, que tanto gustan acusar?
Lo que se ve de cierto es que puede haber leyes que a la Iglesia le resulten injustas, pero que hay hombres dentro de la Iglesia injustos, si es cierto.Los hechos están a la vista.

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