DEME LA MANO, MINISTRO

El asunto viene de largo.Y sobre el caso, quien más y quien menos, sabe todo lo que se ha contado, que no fue poco; además, cada cual puede extraer sus propias conclusiones acerca del accidente del Yak-42, en que murieron 62 militares españoles, tras estrellarse el avión en Trebisonda, (Turquía)en mayo de 2003. Era ministro de Defensa Federico Trillo, hombre discutido, arrogante y, por ser quien era, bien defendido por el conjunto del Gobierno aznarista.Y por los que le admiran y quieren.
Tras aquello, ciertamente lamentable, y cuando ya se habían esclarecido los hechos, viene ahora el ex ministro y, según todo lo dicho y escrito, manifiesta que aquel suceso "no era de su competencia", y se arma la de Dios es Cristo. Además, por lo leído, parece que se sacude el polvo, agregando que "en una misión internacional, corresponde el núcleo directivo político que asuman las competencias operativas y logísticas de la operación".
No faltaron réplicas y asombros a sus manifestaciones.
Ni faltan, tampoco, quienes recuerdan sus palabras de que los soldados españoles iban a no sé qué jardín del Edén a recrearse entre la floresta y el gorjeo de los pájaros.
Y, quien más y quien menos, recuerda que, a micrófono descuidadamente abierto, que el creía cerrado, exclamó aquello de "manda huevos".
Y uno, simple lector superficial de algunas aconteceres de la vida, recuerda haber visto al señor ex ministro, en visita al lugar del accidente,cómo iba cubierto por el paraguas que sostenía otra persona. Nos extrañó aquella imagen. Por eso nos hicimos --como simples mineros acostumbrados a morder el polvo carbonero y a agarrarse a los hastiales de las vetas,desgarrándonos más de cuatro veces la piel-- la pregunta siguiente: ¿Y este tal Trillo no podría llevar él mismo el paraguas y arreglarse por sí solo...?
Pues parece que no, que tenía que tener servidores mimando su rango, cuidándolo, tapándole, atendiéndole, que para eso mandaba huevos.
Con todo y con eso, a nosotros nos parecía excesivo que tuviera que ir otra persona tapándolo, para que la llovizna no lo ajase el traje azul que vestía. En Asturias, a esa llovizna le llamamos orbayu en unas zonas y orpín en otras. Pero en cualquier caso, tampoco es que moje mucho para que uno tenga que tener criado que le vaya tapando con un paraguas, mientras que el que lo sostiene, sí va al descubierto, mojándose.
Por eso nos parecía excesivo el ego del ministro Trillo que aceptase que una persona le fuera cubriendo, mientras que el que le tapaba iba al descubierto.
Otro hubiera sido el señor ministro (entonces) que se hubiera arreglado por si solo o hubiese dicho a su subordinado que se tapase, que él se arreglaba solo. Pero no fue así.
Y ahora, tras achacar a los jefes militares la responsabilidad del accidente, encontramos otra imagen del ex ministro, ayudado por paisanos y militares a subir una mínimo talud....
La imagen que insertamos advertimos que la hemos recogido de La Voz de Asturias del día 20 de marzo, detalle que queremos hacer constar en aras a la procedencia de la imagen, que nos muestra a un hombre incapaz de trepar por un pequeño repecho. Por muy ministro que sea o haya sido, oiga. Y es que, desde nuestra razonable condición minera, acostumbrados a reptar entre el carbón y dentro de la tierra, nos parece que, como se diría en la mina, la inutilidad de ese hombre es, más que de lamentar, de compadecerle. Que bastante desgracia es que uno no sea capaz de arreglarse por si mismo para taparse del orbayu o trepar un terraplén de tres al cuarto, sea o no ministro.
Si en la mina hubiésemos tenido que ser ayudados así para subir a un coladero, subir una chimenea u otro trabajo cualquiera, ¡menuda desgracia hubiera sido la del minero...!Y no queremos pensar el jornal que se hubiera ganado, que ya de por si fue siempre escaso, cuanto más si uno no supiera defenderse, como el señor ministro, que no se defiende para llevar un paraguas y trepar un pequeño talud, y eso sí, tiene ya pensión vitalicia por haber sido miembro del Gobierno de España...
Por algo existe diferencia de clases y criterios opuestos entre unos y otros.
--¿ Señor ministro, deme la mano, arriba, aúpa,venga, hala, ya está...(AS)

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