ACTOS Y VIAJES


¿Ojo! No confundir con altos y viejos. Nos estamos refiriendo a actos en que, teniendo que haber estado, no estuvimos, como el Congreso de la FEPET, celebrado entre Oviedo y Las Caldas, a donde han acudido periodistas y escritores de turismo de media España. Lamentamos la ausencia que, por causas diversas, tuvo que ser. Y ha sido. Como fue lo celebrado los días del 14 al 17 de este mayo lluvioso.Con zarzuela incluida. Ya que a tales actos no acudimos, aprovechamos para irnos hasta Galicia, a as Rías Baixas, donde el tiempo estuvo entre Pinto y Valdemoro, o sea, sol y sombra, como la coñac y el anís, que resultando dulce, afecta a la postre más de lo deseado. Igual Galicia, de sabor dulce y de resultados que acaban en nostalgias, esto es "morriña", que ahora se dice saudade. Pues eso "teño saudade de Carmiña, la meu moza que se llamaba Maruxina... Al otro día del regreso, a otro acto, pero este ya en nuestra tierra o por mejor decir, en la tierra de Cangas de Onís, la del Oso regicida y la del Rey ocioso, que por andar de caza pagó tal tributo que perdió la vida bajo las zarpas del plantígrado pardo, que se revolvió contra el monarca que le quería abatir a cuchilladas, corarle la sangre y curtirle la piel para tenderla después de alfombra en el palacio, donde sobre ella cualquiera sabe qué juegos se traerían unos y otros. Así que no, que el Oso no estuvo dispuesto a sacrificarse por la monarquía incipiente asturiana, que como visionario que era, quiso evitar lo que vendría después, pero el hombre, esto es, el oso, no lo consiguió no obstante que acabara con Favila...Y es que, cuando las raíces conforman grande entramado, no es fácil que desaparezca la abundancia de las plantas parásitas. Ahí va!... Lo que salió escrito. Apúrome a señalar que lo dicho no es más que una simple metáfora, una imagen literaria, una figura retórica, sin ánimo de lucro ninguno. Faltaría más cuando, como no sé quién dijo, tenemos un Rey que es el primer republicano de España.Eso. Pero lo cierto es que en Llueves, hace 1269 años Favila dejó viuda a Froilubia, a la que no hacía mucho caso, pues lo suyo era la caza.Y ya se ha visto para qué le valió.
¡Ay, rey, que ibas de caza; /ay, rey, que de caza ibas,/ ya viste como acabaron /tus reales malos días,/
y cómo te abandonaron /a tu suerte los escribas /y tus criados huyeron../. Y contando tu desdicha,/ ni siquiera guardó luto /en tu casa, tu familia...

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