CAMPEONES, OE, OE,OE

De fútbol saben ustedes más que menda.De modo que todo lo que pueda decir al respecto del hermoso triunfo de España sobre la selección alemana siempre puede quedarse pequeño.Sin embargo,yo que no las tenía todas conmigo respecto al resultado final, digo alto y claro que me alegro y me alegré del resultado final y del gol --único pero suficiente--del niño Torres, que dio el triunfo a la selección española y que España celebró con la euforia de todos conocida. ¡Oé, oé,oé..!.

La presencia de Zapatero no fue gafe ni cenizo, como manifestaron los aguafiestas de la actualidad en España, pertenecientes a diversos medios de información--que sigo sin nombrar para no ensuciarme-- y algunos serviles de la peor bazofia que pulula por Internet, de tendencia repudiable e históricamente negra. La selección española ganó, y allí estaba el presidente del Gobierno de España, don José Luis Rodríguez Zapatero, que celebró el triunfo con entusiasmo. Los cenizos son los demás, o sea, los que dicen que son los demás.

Ya iba siendo hora -- va siendo hora ya-- que se dejen de arrogar la verdadera españolidad los que, para ello, les importa e importó poco, que media España sufriese sus iras y sus odios.La españolidad estuvo, muchas veces, fuera de España y no como dijo Franco, negador de libertades y de vida a unos españoles, que los verdaderos estaban--en aquel entonces-- en España, con lo cual sentenciaba a muerte a miles de españoles prisioneros de los alemanes.

El deporte, en España, puede decirse que está de plena actualidad y en el pináculo de la fama. Mejor que nunca estuvo. Y como tal, es un deporte celebrado en democracia; practicado por deportistas que nacieron en democracia y muy lejos de aquel falso e interesado españolismo que explotaba tal rango como si fuera exclusivo de ellos únicamente; ellos, los que decían que el resto de los países nos tenían envidia por la paz que disfrutábamos en España, gracias a Franco.

El deporte actualmente, el nacido en libertad y democracia, está boyante y triunfante. En fútbol, queda claro; en ciclismo, en automovilismo, en tenis, en natación, en atletismo...y los tales deportistas tras sus éxitos, no salen vitoreando al Gobierno, como sí se hacía --se supone que manipulándolo todo--en otros tiempos. Por ejemplo, cuando Federico Martín Bahamontes ganó el Tour de Francia en 1959, dado que fue el 18 de julio, los cantores de la España aquella no se anduvieron por las ramas para decir que no podía ser de otro modo, ya que el 18 de julio era el símbolo de la grandiosidad de España y de los buenos españoles...

De aquel entonces, el ciclismo --o los intereses y manipuleos que había-- necesitaba una depuración absoluta, pero no llegaba, no llegó hasta mucho después. Habrá que hablar algo al respecto, otro día.
Y del fútbol, habría que hablar igualmente, para preguntarnos qué reporta, a la hora de la verdad, esa locura adquisitiva de jugadores extranjeros, pagados a precios de oro y en cantidades desmesuradas, ¿Qué reporta? ¿Qué se esconde detrás? Y, deportivamente, ¿que reportan...?

El hecho es que España , la selección española, contendió contra la alemana, por cierto, con innegable juego fuerte, rayano en lo sancionable, poseída de su fuerza e historial, pero que acabó más agotada que la española, la nuestra, la que nos alegró que ganara y a la que aplaudimos que lo hiciera...aunque, ya lo he dicho, no las teníamos todas con nosotros, pues algunas veces nos parece que abusa más de lo debido de un juego horizontal y / o atrasando la pelota.
Eso sí, cuando se encontraba en el área enemiga, había como una filigrana entre los pies de los jugadores y la pelota, que si bien no acababa en la portería buscada, por lo menos emocionaba y entusiasmaba a la parroquia. Y ¡qué demonios, algunas veces llegaba y marcaba gol! Por eso acabó como vencedora del Campeonato de Europa 2008.
Brindemos, pues, por los héroes balompédicos y contra los aguafiestas, explotadores hipócritas de una españolidad que no les cuadra y niegan a quienes, por lo que sabemos, son mejores que ellos, que sólo son despreciables personajes.


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