LA FUENTE DE LOS CUENTOS



Ayer fue "La Cueva del Cuélebre", relato acerca de leyendas y tradiciones de Asturias, y hoy será--o sea, mañana-- "La Fuente de los Cuentos", donde también habrá, entre verso y prosa, nuevos sucesos del discurrir de otrora en algunas partes de Asturias.

Y ¿ por qué "La Fuente de los Cuentos"? Sencillo,Porque, así como los molinos rurales eran -o fueron- lugares de historias, celos y citas, las fuentes -- que aquí singularizo--fueron escenarios circunstanciales de cuentos, chismes y relatos. Y si en una parte -- en los molinos--el pecado fue de vanidad mayormente masculina, en la otra --en las fuentes-- el pecado se quedaba en una mera referencia de lo que se decía, cocía o sucedía en el lugar, que casi siempre eran aldeas de vida rural y precaria. Y en las fuentes, a donde las zagalas iban por agua, por veredas de praderías y abundancia de flores, las historias eran muchas.Y variadas. Y para todos los gustos. Y, a veces, disgustos.

Precisamente en la literatura mítico-tradicional, en las fuentes y en los caminos , se dieron muchas ocasiones de amores puros, amores bien vistos, amores prohibidos y amores secretos. Además, en las fuentes, ríos, fontanas, y oquedades, por donde el agua manaba cristalina, las Xanas tenían su existencia y, por San Juan -- la Iglesia aprovechó una de sus fiestas para hilvanarla a los relatos célticos--solían sucederse encantamientos y desencantamientos... que, tristemente, nunca terminaban bien.No era posible el maridaje entre un ser real y otro irreal.

Y, en cuanto a los molinos, entre molienda y molienda, hubo sus más y sus menos.Nosotros-- con perdón--tenemos un sonetillo que dice mucho de lo que ocurría --o se decía que ocurría en los molinos. Y lo que se decía que en torno había.
El Cuélebre

El bosque del pueblo era,/
según a la gente oía,/
donde el cuélebre tenía /
su tremenda madriguera.../


Eran cosas que cualquiera
-y hasta el cura--repetía,

pero quien más las decía
fue siempre la molinera...

Así pues, ya de rapazos,
fuimos al molino, a ver..
cuélebre no, pero abrazos
si que vimos...Y correr
tras nosotros a estacazos
al cura, que fue a moler...

De este sonetillo, nos permitimos cambiar el último verso. Así, donde dice "al cura,que fue a moler", nos tomamos a la licencia de decirlo de otro modo: "al cura y a la mujer".

Con lo cual no hacemos sino que dejar sentado que, en torno a los molinos, como en torno a los seres míticos astures, hay mucha variación en las leyendas. Y, en torno a las fuentes, lugar al que acudían mozas y menos mozas, los dichos se prodigaban y los cuentos se extendían. Y, en torno a las fuentes, en los regueros, --o regatos que dirían en otras partes--, riachuelos o fontanas, a las horas de lavar las ropas, tarea frecuente de las mujeres, igual que discurría el agua, discurrían los dichos, los relatos y los cuentos. De ahí nuestro título para este libro, del cual, ahora, no vamos a decir más."

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