HABLANDO DE CICLISMO

Habíamos prometido hablar de ciclismo, aunque de ello, como de lo demás, no sepamos ni un ápice. Pero como lo prometido es deuda, vamos a pagarla refiriendo que en la década del 5o, el ciclismo en España carecía de una verdadera estimación solidaria. Cada cual iba a lo suyo.Además, buenos estaban aquellos tiempos...
En torno a la Vuelta a Asturias, se hablaba de Martín Bahamontes, un ciclista toledano, que para participar, había hecho el viaje de Toledo a Asturias en bicicleta. O sea, que llegó de tan largo viaje y ya corrió a continuación la primer etapa.¿Que ocurría entre tanto a nivel nacional, donde Bernardo Ruiz, de Orihuela, que había quedado tercero en el Tour de Francia en 1952, gozaba de prestigio, lo que le daba privilegio a ser primera figura en el ciclismo patrio.?
Salvador Botella, otro ciclista levantino, también estaba en el pináculo de la fama, pues había ganado en 1953 la Vuelta a Cataluña y era figura con la que también había que contar.
Y, a la vez, estaba Luis Puig Esteve, influyente en las decisiones ciclistas, el cual fue seleccionador del equipo nacional, amén de levantino. Y eso sin decir que la tierra tira..
Otra pieza a contar era Jesús Loroño
, vasco, cuy
a especialidad escaladora era superior a los referidos Botella y Ruiz, y era, en cualquier caso, otro más de los considerados para ser el líder en cualquier prueba. Uno más. O sea, ahí estaba Bernardo Ruiz, Salvador Botella, el propio Loroño y el madrileño Antonio Suárez, además de otros.
La Vuelta a España, la patrocinaba "El Correo Español/ El Pueblo Vasco", lo cual dejaba entrever que Loroño era figura con la que había que contar. Madrid era mucho Madrid y era la sede de organismos oficiales que decidían, supiesen o no supiesen lo que había. De Madrid era Antonio Suárez, al cual, siendo de Madrid, también había de tenerse en cuenta.
Tenerse en cuenta quiere decir que, Antonio Suárez, por Madrid, Loroño por Bilbao,Botella y Bernardo Ruiz por Levante tenían que ser, cada cual por su lado, cabeza de lista del pelotón español, esto es ¿cuál lideraba el equipo y los demás debían ser los gregarios sacrificados apara ayudarle?. Como había tres o cuatro líderes y tres o cuatro organismos que tiraban cada cual para su lado, a la postre siempre había desaguisado, Y así, bien mirado , el ciclismo español era un gatuperio de mil demonios, cosa por otra parte que el franquismo procuraba ocultar, pero la realidad afloraba por cualquier esquina. Así, mientras todo esto pasaba, Bahamontes, resultaba uno más en la discordia, quien, si no con el apoyo de organismos y de personas concretas, sí con tanta fuerza como el que más y, además, con la facilidad escaladora que los otras no tenían: ni siquiera Loroño, que siendo escalador, estaba muy por detrás del toledano. en términos generales.
A Bahamontes le llovieron rivales y enemigos. Representando a España en el Tour de Francia, se le llevó únicamente para que ganase el Premio de la Montaña.Con eso España ya se daba por contenta y bien pagada. Eso era así, pero era a la vez que el levantino Puig Esteve no le debía tener ninguna simpatía a Bahamontes y sí a sus paisanos suyos levantinos. E incluso, por sí o por inducción del "Correo Español/ El Pueblo Vasco"o por el peso que Madrid ejercía como sede de la Federación, lo cierto es que para Puig Esteve estaban antes que Bahamontes todos los demás.Esto fue en 1957, cando Puig Esteve cruza su coche de directivo delante del de Toledo, impidiéndole la persecución de Loroño, para quien se había amañado la vuelta, que, sin las triquiñuelas y el mangoneo de organismos y chanchulleros hubiera ganado con holgura el llamado "Aguila de Toledo".
De aquella, se dijo que Bahamontes era caprichoso y genial; menos serio que Loroño. Lo que quería el director del equipo que patrocinaba a Bahamontes, Loroño y otros, era que el toledano no ganase. Y a ello contribuyó también Bernardo Ruiz, enemigo personal de Bahamontes, quien advirtió a Loroño que tuviera cuidado, que tenía al enemigo en casa, refiriéndose, naturalmente, a Federico Martín Bahamontes.
Lo cierto es que, en España, el ciclismo era una olla hirviendo.Los equipos eran hormigueros donde bullían pasiones y nulidades; donde se hablaba mal incluso de los propios compañeros; en este aspecto, Bernardo Ruiz iba a la cabeza, sobre todo contra el toledano, aunque otros dijeron que era Bahamontes quien acusaba a sus compañeros de falta de colaboración. Lo que tenemos por más cierto es que el ciclismo estaba, por aquellos años en España, convertido en un conglomerado de intereses poco limpios y carente de unas directrices honradas y honestas, que mirasen al interés general y no al particular de cada caso.
Y fue así cuando, ante quien sí tenía el enemigo en casa, Bahamontes por sí o porque lo quisieran otros, ficha por un equipo italiano, donde comenzó a anotarse triunfos y glorias.De modo que,en 1959 , entra vencedor en el Parque de los Príncipes de París, ganando el Tour francés con holgura y dignidad. Fue el primer español que lo ganó y, de haber tenido en España organismos limpios de marrullerías, hubiera ganado no sólo el Tour una o dos veces más, sino otras rondas, como la de España e Italia.
El día que resultó vencedor, como fue un domingo 18 de julio, en España no faltaron los aprovechados del sistema para manifestar que, siendo español el vencedor del tour, no podía ser sino un día tan señalado en la historia de España: el 18 de julio.Eso era lo español. Así... ¡Hasta ahí llegaba la euforia triunfalista, no del ciclismo, sino de quien no sabía ver una España paupérrima y atrasada, que a falta de otras ofertas mejores, aprovechaban las del ciclista Bahamontes para coronarse de méritos y de glorias!
Lo único que se nos ocurrió comentar por aquellas fechas es que, gracias a Bahamontes, el ciclismo español fue mejorando deportiva y humanamente.O sea que salió limpio de tanta broza como tenía en torno. Hoy y desde hace años, el ciclismo es otra cosa y viene siendo otra cosa.

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