LO QUE EXTRAÑA A LA GENTE

Sobradamente sé que hablar de la Justicia, de los poderes judiciales, de abogados, de fiscales, de jueces y de lo que hagan o dejen de hacer no deja de ser una temeridad. De modo que ante las leyes de tales poderes, hay que andar con pies de plomo. Por eso, porque en boca cerrada no entran moscas, como dice el axioma conocido. Y más aún: porque sabe más al tonto en su casa que el listo en la ajena. Y porque,además, quedó demostrado con lo que le cayó encima al alcalde aquel cuando dijo que la Justicia era un cachondeo, que la Justicia no es un cachondeo, tiene todo el peso que marca la ley, porque la ley es precisamente todo peso...

Pero ¿qué quieren qué les diga? A la gente de la calle, esto es, a la gente lisa y llana, la que no sabe de argucias ni triquiñuelas de leguleyos ni de otros, le extrañan, muchas veces, los fallos judiciales, las decisiones de los jueces --o de determinados jueces--y se asombra.Y pasma.Y es ahí donde, aunque no sepa de leyes, sabe de refranes, por eso tiene uno para cada ocasión:

--Quien hizo la Ley, hizo la trampa.
Eso cuando no aprovecha el verso quevedesco y dice que "poderoso caballero es don dinero",que no sé que tendrá que ver, muchas veces, con los fallos judiciales ni con otros fallos e influencias, cuando "el dinero no lo es todo".
Lo cierto es que hay cosas que suceden y que en la calle se comentan. Por ejemplo, el delito cometido por el que firmaba como "Nanyxes", que violó a varios niños, incluso de escasos años. Pues, por lo que hemos leído, no le cayó pena mayor porque quien falló en el juzgado, entendió que no se le puede implicar delito de violencia,aunque si de abusos sexuales, porque los niños no opusieron resistencia...
Para no seguir en el asunto, escabroso, asqueante, del miserable violador de niños de corta edad, al que jueces le restan penas de su delito, insertamos imagen y texto recogido del semanario "Tiempo." ¿Para qué vamos a seguir? Ya está dicho todo. Aunque en la calle, la gente no se extrañe de que la Justicia esté cuestionada, y a nosotros no nos extraña que, en el baremo de valores de nuestras instituciones, sea la Justicia una de las peor valoradas. Y es que las palabras, nunca tienen la misma fuerza que los hechos.

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