DE CARRASCAL A SÁNCHEZ DRAGÓ

Carrascal, fatal.
¿Quién dijo que Dios los cría y el diablo los junta? O sea, que Dios los creó y el Diablo los juntó.Y, por ser quien son, se muestran recalcitrantes, afines -- y tal vez afiliados, que todo es posible--a un mismo ideario político conservador; a veces irrumpen, uno como un cascarrabias y, otro, como un desvergonzado y, ambos, mostrando su fobia y su filia contra el actual Gobierno que preside Rodríguez Zapatero. Pues eso, ambos personajes llevan por nombre José María Carrascal y Fernando Sánchez Dragó, y ambos van por la vida alardeando de sus vicios: de corbatas desmesuradas uno y, otro de no cortarse un pelo diciendo que ha consumido droga...
De todos modos, que con su pan se lo coman. Sin embargo,Carrascal, aprovecha a los atletas españoles para ensañarse con Zapatero y"tracamundiar",como dicen en asturiano, las cosas e hilvanar a su gusto lo que le cuadre con su rencor: Si tenemos buenos atletas, resulta que "este Gobierno es el más siniestro que hemos tenido en democracia".Lo ha dicho en ABC--¿dónde si no?--.Y elucubra mezclando medallas olímpicas con las miserias que el propio Carrascal le atribuye a Zapatero, del que dice que aprovechará el oro olímpico para ocultar los diversos problemas, crisis e incompetencias.
"Carrascal, que bonita serenata..." Uno piensa, remedando al propio Carrascal, que más siniestro que él no es ni será nunca el actual presidente del Gobierno de España.Todo es cuestión de criterios. Carrascal piensa uno, nosotros pensamos otro... Y allá cada cual.
Dragó, erró

Y así, para que no falte la otra res necesaria para formar una buena pareja y uncirla al carro de los despropósitos, al otro día, osea, hoy, leemos al que entrevistó como a un gran escritor al ex- presidente del Gobierno, José María Aznar, en aquella sección de "Negro sobre blanco", Fernando Sánchez Dragó, quien, por mucha que sea su verborrea, no deja de ser y comportarse --al menos en este escrito al que referimos, publicado en El Mundo -¿dónde si no?-- irrespetuosamente, groseramente, tal cual lo haría un vulgar matón,un ramplón de tres al cuarto, que creyéndose gracioso resulta soez. Sus insinuaciones sexuales no son ni siquiera ingeniosas ni humorísticas; son deplorables en lo que se refiere al caso concreto de la ministra Leire Pajin, cuando dijo que "no le importaría pasar un rato con la Pajin, me conformaría --escribió--con lo que su apellido sugiere".
Menudo Donjuán de tres al cuarto. Y encima cree que son piropos, "Piropos blancos, que no ofenden". Y sigue creyendo el seguidor de los efectos de las flores del mal, que, incluso ellas, las ministras del actual Gobierno, podrían sentirse compensadas.
¡No te jode! Uno se pregunta si ante actitudes así, que se pretenden ingeniosas pero no lo son y sí son muestra de soez ramplonería, no es bastante para que el Gobierno haga valer su peso y ponga las peras a cuarto a estos resentidos maleducados personajes que aprovechando la democracia hacen uso y abuso de palabra, unos diciendo lo que no es y, otros, mostrándose viles en lo que no debieran de decir.

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