TRIPLES Y MENGUADOS

La primera para la historia...

No es que me apasionen ni poco ni mucho; pero, tanto en el triple conjunto en que aparecen, como aisladamente, son personajes de controvertida vida política y, por lo que se sabe, algunos veces de egolatría e ilimitada vanidad humana. Por eso se me ocurre traerles aquí, no para contar mucho más de ellos, sino para que consten en este blog que nos da por pergeñar,y --por si hay quien lo desee--les admire en la justa dimensión humana que ofrecen - o que más bien ofrecieron.Blair, Bush y Aznar, tres dioses para escarnecer al mundo humano.
Aquí los tienen. Y fíjense en el más bajito como se ríe, pero ¿ de qué? Desde luego, su grandeza política es rayana con su simpatía moral, social y humana. Así va el mundo...

La segunda para los deseos...


Porque en todo congreso --y más del PP--abundan los buenos deseos, y aquí tenemos al fundador de Alianza Popular, Manuel Fraga, mirando embelesado al señor de la melena, que me dicen que es José María Aznar, a la derecha --lo que es normal-- quien está saludándose con Mariano Rajoy, sucesor por vía dedocrática, a la presidencia del PP y a la conquista del poder para gobernar España.
--Hay que luchar, Mariano, hay que luchar. Echar el hígado si es preciso, pero hay que desalojar del poder a ese Zapatero de los demonios...
--Ya sabéis que estoy dispuesto a todo. España es lo primero-
--Eso digo eu tamen, carayo --remató el del escapulario colgado al pecho.

Y l tercera, reponiendo fuerzas...


Uno casi pensaba que no, que no comían estos señores que tanto se les llena la boca con el nombre de España y los españoles y que con ello ya tendrían bastante; pero no, también necesitan hacer acopio de fuerzas para reponer energías y así poder seguir defendiendo, contra la inoperancia de los actuales dirigentes del país, la patria que forjaran Isabel y Fernando, a los que la Iglesia quisiera elevar a los altares de la santidad, lo cual sería el mayor sarcasmo que cometiese el Vaticano...dentro de los muchos sarcasmos que se le conocen.
Tres bandejas, tres bocas abiertas, ahora para comer y, después, para seguir en la brecha de las promesas y de las palabras. Y uno, ya casi octogenario, trabajando a pico y pala, como si eso diera para algo.Como si no hubiera trabajado ya bastante...
Está visto que no tenemos arreglo.

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