"EL VATICANO NO TIENEN REMEDIO"


Plaza de San Pedro,
aglutinadora de creyentes
Como se ve, el título va entrecomillado.Lo que quiere decir que lo he recogido en alguna parte, de otro. Bien es verdad que esa expresión está muy extendida en las aseveraciones de los españoles, refiriéndose a algo cuando es imposible, o es un caso perdido al tratar de enmendar lo que no tiene enmienda, por eso, porque es un caso perdido. O sea, que es un caso sin remedio como el Vaticano.

"El Vaticano no tienen remedio" es un editorial de la revista Vínculo, sucesora de Restauración, publicación de la Iglesia Evangélica, que ha sido escrito por Juan Antonio Monroy, pastor evangélico, periodista, escritor y autor de decenas de libros, conferenciante, benefactor y, entre otros méritos de cumbre, doctor Honoris Causa por diversas Universidades de Europa y América. Algunos de sus libros son verdaderos aldabonazos, refiriéndose a la religión católica, tan intocable en España, con tantos seguidores, fieles, por supuesto y, por fieles, ciegos a ver más allá de sus creencias; a ver que otros credos son posibles, que en este suelo hispano no todos los que caminan por él son santos, apóstoles o misioneros católicos. Hay otros más.
Fátima, ciudad en la que
unicamente se encuentran
comercios con artículos exclusivos
de la Iglesia...salvo un par de
zapaterías y alguna mueblería, y eso
con nombres alusivos a la religión.

Hace un mes visitamos Portugal. Como íbamos en excursión organizada, la plaza u hotel fue en Fátima, de donde se salía y a donde se volvía a comer, a cenar y a dormir.Desde luego, no éramos peregrinos. Y en lo que a mí respecta, no era creyente ni iba en misión mariana...Digo que de Fátima habla el editorial del director de Vínculo, de los tres secretos que la Virgen confió a los niños lusos, ( y uno piensa en las formas tan fuera de lógica que tienen las vírgenes al presentarse a niños analfabetos , como fue el caso, y en qué lugares y con qué misterios andan para hablarles de secretos, que nunca fueron desvelados sino aprovechando el Vaticano algún acontecimiento favorable, pero no descubriendo las cartas antes...) de lo cual salió, a trancas a barrancas que Fátima acabase siendo, como Lourdes en Francia, un emporio comercial a base de reliquias, estampas y demás objetos. La fe que mueve montañas. Montañas de dinero, que el Vaticano sabe administrar y convertir en patrimonio, que en España puede ser equiparable, si no mayor, al del Estado.

Como el tema se las trae, pues tropezar con las duras piedras de la Iglesia Católica, apabulla al más guapo, so pena de que nos excomulguen ( ay, si Dios les oyera) y anatematicen por dudar de la palabra de sus ministros, cábenos decir que la historia que el Vaticano alberga tiene tanto de funesta como la Santa Inquisición tuvo de santa. Y "con la Iglesia hemos topado, Sancho". Y contra ella de bruces nos damos todos, en España, creyentes y no creyentes. Y, naturalmente, aquellos que no crean en agüeros ni comulguen con ruedas de molino, llevamos las de perder ante la fuerza de los creyentes, que si fueran de otras religiones dirían fanatismo...Y he aquí donde encontramos lo que para la Iglesia católica es fe y creencia, eso mismo es fanatismo si lo practican otros creyentes de religiones distintas, según ella misma asevera.

Que el Vaticano no tiene remedio es claro.Son muchos años de letanías.Así, volviendo al caso de los secretos de Fátima, nunca descubiertos previamente a algunos aconteceres que se dieron, tal como el 13 de mayo de 1989 cuando el turco Alí Agca atentó contra el Papa Juan Pablo II, el Vaticano" anunció que este hecho violento constituía el llamado tercer secreto de Fátima". Pero vayamos al primer secreto que la Virgen revelo a los niños, que fue la existencia del infierno, mientras el segundo secreto que fue revelado precisamente "cuando Europa ya ardía bajo el fuego de la segunda guerra mundial",Y, como dice el editorialista entre paréntesis. (muy oportuno el secreto.) Una parte de tal secreto se refería al parecer a la reconversión de Rusia, o sea, una Rusia tan católica, por lo menos, como España, pensamos nosotros, que si nos equivocamos no tendremos más delito que las equivocaciones que vengan del Vaticano.
¡Cuánto rito,cuánta mentira,
cuánta hipocresía, en el perdón de los pecados.

Que, a propósito, mientras que apenas había muerto el Papa polaco Karol Wojtyla, ya había quien lo quería canonizar y elevar a la altura divina de San Pedro, se descubre que había consentido y silenciado los desmanes viciosos del sacerdote mexicano Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, así como había evitado el saludo al prelado nicaragüense Ernesto Cardenal que ademas de ser cardenal era ministro, y porque, además, eso de los milagros que le habían atribuido no fueron tales, el actual Papa y sucesor del Papa polaco, aceptando las no pocas corrupciones de toda índole que se descubren en la Iglesia, dice--seguramente que le costó bastante--que los peores enemigos de la Iglesia católica están en casa". O sea que el actual regidor del Vaticano, Benedicto XVI, suspende el proceso canonizador de su antecesor. Qué menos, digo yo.

Bien puede decirse que el Vaticano no tienen remedio. Y que, si hoy se dan estas cosas, ayer no se dieron menores. Y, en cualquiera de los casos, siempre hubo los mismos nombres y cargos y siempre se movieron en torno a hechos que no siempre fueron ni dignos ni magnánimos,ni han convencido a todo el mundo.Ni todo el mundo, del que formo parte, tiene porqué decir ¡Amén!


1 comentario:

Pelayo, nieto de Viriato dijo...

Observo amigo que le apasiona el tema de la Iglesia o como solemos decir por Gijón, de los curas.Bien es verdad que,desde el Vaticano al resto de lo que lo envuelve, lo que no se va en penas se va en lágrimas, o por decir mejor, cuando se saben muchas de las aberraciones que cometen, qué no podría decirse de lo que ocurre y que nunca se conoce tras los muros de sus templos y de sus conventos. Bien se puede decir que la Iglesia forma parte de la historia negra de España, por no decir que es la propia negrura que impera impuesta por el Altar.
Y es verdad que el Vaticano no tiene remedio, pero los que estamos jodidos de veras somos los demás.