MINEROS CHILENOS, COMPAÑEROS

Estos sois vosotros,
trabajadores del subsuelo.
¡Salud, compañeros!
Compañeros mineros chilenos: me cuesta hablar o escribir de vosotros, los que habéis vivido sepultados en esa mina de San José desde el pasado 5 de agosto, cuando un hundimiento os dejó encerrados. Y me cuesta porque yo he sido minero muchos años y he conocido, como vosotros, lo que son los accidentes y lo que es vivir bajo tierra, en constantes peligros.

Vosotros habéis vivido el encierro más largo en la historia de la minería. Vuestra circunstancia ha sido, por eso, objeto de toda clase de inf
ormaciones, en todos los medios y en todas partes. Y de vosotros se dirá--ya se está haciendo-- lo habido y por haber; se contará lo más y lo menos. Y alguno, o tal vez todos, seréis entrevistados y os pagaran por ello. Vuestras familias serán objeto de fotos y de comentarios. Y se dirá dónde vivís, y qué coméis, y qué hacéis...

A partir de ahora, salvados después de tantos días bajo tierra y durante un tiempo, se
contará de vosotros se hablará de vosotros. Y tal vez por esa circunstancia de vuestro encierro bajo tierra, os cambie la vida, tal vez haya, a partir de estas fechas, más respeto por vuestra--y nuestra-- profesión y por vuestro arriesgado trabajo.

Y, mirad, no sé si mejorará vuestra vida social y económicamente a partir de ahora, quedando atrás para siempre vuestras precarias condiciones profesionales mineras, que
a pesar de ser tan peligrosas, siempre han sido tan poco valoradas. A lo mejor, ya se verá, hasta os hacen alguna película. Pero la hagan o no, tuvo que darse vuestra calamidad para que la gente del mundo, los ciudadanos de postín y los ciudadanos de a pie, se dieran cuenta en que situación se desenvuelve la vida de los mineros, vuestra vida, nuestra vida. A veces hay que perder para ganar. Habéis perdido con vuestro accidente, pero estoy seguro que en algo vais a salir ganando. De lo que no me cabe duda es de que, pese a tantos años de vida minera en los más diversos países, tantos accidentes, tantas hecatombes y tantos dramas, nunca se ha contado tanto de un accidente, de vuestro accidente, del que salisteis con bien, por fortuna y de lo que me alegro.Pero estoy seguro que nunca de otro accidente minero se ha hablado tanto, ya fuese de la clase que fuese.
Compañeros: he aquí
a vuestros familiares,
preocupados por vuestra suerte.
Y mirad qué hubo tragedias de decenas de muertos en las minas de Rusia, de China, de Alemania, de México y, en fin, de tantos países más, cuyo drama en muertes fue de espanto. Pero vosotros habéis salido ilesos. Y hay que alegrarse. Y nos alegramos y os felicitamos desde aquí, cuenca minera de Asturias, a todos vosotros, que, por vuestra circunstancia, la gente, los urbanitas, los ricos y pobres, unos y otros, habrán visto que la vida profesional de los mineros no tiene nada que envidiar, que es un constante peligro, un riesgo permanente.

A partir de vosotros, la mayor parte del mundo sabrá que la mina no es plato de gusto para nadie.
La mina, compañeros, es riesgo diario. Trabajar mucho y ganar poco. Sudar sangre y vivir enterrados, sabiendo que, para que otros luzcan oro y disfruten de riquezas, vosotros, nosotros, los mineros de todo el mundo, trabajan, trabajamos, sepultados, a diario y de esa fosa profunda de la que no siempre se logra salir con vida. Vosotros lo conseguisteis. Habéis escrito una página de gloria. Brindar por ello. Yo brindo con vosotros.
Ved en esta imagen a vuestras madres,
esposas, hermanas...Para ellas un saludo.

Vuestra epopeya se ha difundido por todo el mundo.El factor suerte pudo coadyuvar a que todo tuviese este final feliz del que habéis sido arte y parte dentro de la desgracia de haber quedado enterrados a 700 metros. El infierno de que habla la Iglesia, no creo que esté tan abajo. Compañeros, celebro vuestro retorno a la tierra. (Imágenes recogidas de Internet)

2 comentarios:

aruca dijo...

Ya los has dicho todo tu Albino;pero yo también quiero felicitar a esos mineros y a sus familias del buen desenlace que después de la tragedia han tenido.
Y decir también,que me alegró mucho ver a las autoridades vigilando que todo fuera bien;luchando para que la última tecnología estuviera dispuesta para poder rescatar a esos hombres con vida y que se haya dado al mundo una visión aproximada de la dureza de la mina.
Pero también sería bueno que a partir de ahora,se revisaran todas las minas y todas las empresas para que cumplieran con la mínima seguridad y sobre todo para que a estos trabajadores y a otros muchos como ellos,se les pague un sueldo digno y también la seguridad social,pues según algunas informaciones en esta empresa no lo hacían y estos 33 trabajadores no tenían supuestamente un seguro.

Cani dijo...

Me ha encantado tropezarme con este
blog. Yo ya le conocia por sus libros de poemas, uno de ellos "Gitanos, lunas y vientos" lo tengo aqui a mi lado. Cuando este libro llego a mis manos yo ya habia leido cosas suyas pues mi padre me habia hablado de usted como poeta; el tambien lo fue y hasta creo que pudieron conocerse, aunque el era bastante mayor,en edad.
Mi padre se llamaba Bernardo Guardado y escribia en Bable, yo que, humildemente,tambien escribo algo, entre en este mundo del blog creando uno en su memoria; "Recuerdo de un poeta" cuyo enlace esta en el mio propio por si tiene el gusto de visitarlos y de ser asi dejarme su opinion.
Un afectuoso saludo